lunes, 30 de noviembre de 2009

CERÁMICA

20. CERÁMICA
Para dar nuevo brillo a un objeto de cerámica que se ha opacado se puede sumergir en agua caliente con lejía (blanqueador o cloro); unas seis cucharadas soperas de lejía por cada litro de agua. Después de breves minutos, sote bien el objeto con un cepillo suave, enjuague y seque bien. Termine esa limpieza frotando con un trapo limpio impregnado en alcohol de quemar y frotar con gamuza. Para evitar que se agrieten las piezas de cerámica hay una receta antigua:
Sumergir el objeto en un baño de agua fría a la que se habrá añadido unos puñados de ceniza de madera. Se hace hervir el baño con el objeto dentro por espacio de 1/2 hora. Luego enjuagar y secar.
Grietas. Los profesionales de la cerámica llaman “pelos” a esas finísimas grietas. Para hacerlas menos visibles, sumerja el objeto dañado en un baño de agua caliente con lejía o en leche hirviendo; esto le permite disolver la suciedad que está incrustada en la grieta, y disimula el “pelo”.

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